lunes, 11 de junio de 2012


Discurso de: Carolina Alejandra Torres Meriño

Muy buenas tardes:

A la hermana directora, señores autoridades comunales, conjunto de profesores docentes, padres y apoderados, alumnos del establecimiento, publico presente.
Me honra de gran manera el estar en esta instancia final de nuestro periodo escolar dando término a una etapa y simultáneamente dando inicio a otra. Creo y tengo la certeza de que durante el transcurso de los años que hemos pasado juntos, pudimos disfrutar de momentos de suma alegría y satisfacción, sin embargo, también habían situaciones problemáticas de las cuales supimos extraer alguna moraleja.

La emoción que siento ahora es inconmensurable, para mi y para todos dado que estamos dando por finalizado un gran logro académico y es aquí en este preciso instante donde inevitablemente comenzamos a hacer un análisis interiormente, recordando los triunfos que tuvimos así como también los fracasos, las felicitaciones que obtuvimos de nuestros profesores, así como también regaños por nuestras malas conductas. Ahora es cuando aun mas valoro y aprecio aquellos consejos y enseñanzas dadas por nuestros profesores, los valores cristianos que constantemente nos otorgo nuestro colegio, ya que sé que sin lugar a dudas nos servirán para enfrentarnos a una sociedad muy exigente, donde estaremos insertos en una constante competencia.

Será casi imposible no extrañar esas risas que mas de una ocasión se producían sin mayor motivo dado nuestro humor de jóvenes ‘’que todo nos parecía gracioso’’; esas miradas de complicidad en las pruebas, ver diariamente a nuestros amigos, compañeros, profesores, directora, inspectores, todas las personas que allí asistían, ya que en mas de una oportunidad tuvimos la afortunada posibilidad de interactuar con ellas conocerlas mas allá de una relación educacional en el colegio ¡como no hacerlo! Si formaron parte de nuestras vidas, durante doce años, tiempo mas que suficiente para que se estableciera un gran afecto, y además tomando en consideración que pasamos mayor tiempo con ellos en el colegio que en nuestra casa, definitivamente fue nuestro segundo hogar y familia, lugar donde nos formamos desde muy pequeños con una excelencia destacable por parte del colegio.

Me sorprende de gran manera con la rapidez inexorable con que avanzo el tiempo: “esa pequeña niña que cruzaba el umbral de la puerta a paso acelerado y con la mirada anhelante para enfrentar su primer día de clases, ahí se encuentra sentada en su silla y consiente de que ha terminado una etapa importante de su vida”, pues cada inicio debe llegar a su finalización y es completamente inevitable que se derrame alguna lagrima, expresada por la tristeza de que ha llegado a su termino una de nuestras mejores etapas de nuestra vida pero a la vez una indescriptible emoción concebida por el inmenso anhelo de querer emprender el próximo desafío, que comienza hoy inmediatamente.

Y ¿Cómo terminar este capitulo importante vivido juntos?

De la forma mas adecuada y que corresponde, agradeciéndole a esta institución que me vio crecer, superarme positivamente y que fue parte de eso. A la respetable y honorable directora hermana Inés Montesino por su constante esmero y preocupación en el progreso de su alumnado, a los mas destacados profesionales de la educación, los profesores por su desinteresada labor de enseñarles el mas completo aprendizaje a sus estudiantes y por ultimo, pero no menos importante de ninguna manera, a mis queridos y apreciados compañeros, los cuales los considero unos grandiosos amigos, siempre los recordare no lo duden y espero que ustedes se lleven consigo los mas bellos recuerdos de mi persona de igual manera que lo hare yo con todos ustedes.

Creo que la palabra adiós no es la mas acertada, porque sé que en alguna circunstancia d nuestras vidas nuevamente nos volveremos rencontrar y posiblemente hayamos cumplido otro logro que nos habremos propuesto.
Hasta pronto…
¡Muchas gracias!



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