Discurso de: Carolina Alejandra Torres Meriño
Muy buenas tardes:
A la hermana directora,
señores autoridades comunales, conjunto de profesores docentes, padres y
apoderados, alumnos del establecimiento, publico presente.
Me honra de gran manera el
estar en esta instancia final de nuestro periodo escolar dando término a una
etapa y simultáneamente dando inicio a otra. Creo y tengo la certeza de que
durante el transcurso de los años que hemos pasado juntos, pudimos disfrutar de
momentos de suma alegría y satisfacción, sin embargo, también habían situaciones
problemáticas de las cuales supimos extraer alguna moraleja.
La emoción que siento ahora
es inconmensurable, para mi y para todos dado que estamos dando por finalizado
un gran logro académico y es aquí en este preciso instante donde
inevitablemente comenzamos a hacer un análisis interiormente, recordando los
triunfos que tuvimos así como también los fracasos, las felicitaciones que obtuvimos
de nuestros profesores, así como también regaños por nuestras malas conductas. Ahora
es cuando aun mas valoro y aprecio aquellos consejos y enseñanzas dadas por
nuestros profesores, los valores cristianos que constantemente nos otorgo
nuestro colegio, ya que sé que sin lugar a dudas nos servirán para enfrentarnos
a una sociedad muy exigente, donde estaremos insertos en una constante competencia.
Será casi imposible no
extrañar esas risas que mas de una ocasión se producían sin mayor motivo dado
nuestro humor de jóvenes ‘’que todo nos parecía gracioso’’; esas miradas de
complicidad en las pruebas, ver diariamente a nuestros amigos, compañeros,
profesores, directora, inspectores, todas las personas que allí asistían, ya que
en mas de una oportunidad tuvimos la afortunada posibilidad de interactuar con
ellas conocerlas mas allá de una relación educacional en el colegio ¡como no
hacerlo! Si formaron parte de nuestras vidas, durante doce años, tiempo mas que
suficiente para que se estableciera un gran afecto, y además tomando en consideración
que pasamos mayor tiempo con ellos en el colegio que en nuestra casa,
definitivamente fue nuestro segundo hogar y familia, lugar donde nos formamos desde
muy pequeños con una excelencia destacable por parte del colegio.
Me sorprende de gran manera
con la rapidez inexorable con que avanzo el tiempo: “esa pequeña niña que
cruzaba el umbral de la puerta a paso acelerado y con la mirada anhelante para
enfrentar su primer día de clases, ahí se encuentra sentada en su silla y consiente
de que ha terminado una etapa importante de su vida”, pues cada inicio debe
llegar a su finalización y es completamente inevitable que se derrame alguna
lagrima, expresada por la tristeza de que ha llegado a su termino una de
nuestras mejores etapas de nuestra vida pero a la vez una indescriptible emoción
concebida por el inmenso anhelo de querer emprender el próximo desafío, que
comienza hoy inmediatamente.
Y ¿Cómo terminar este
capitulo importante vivido juntos?
De la forma mas adecuada y
que corresponde, agradeciéndole a esta institución que me vio crecer, superarme
positivamente y que fue parte de eso. A la respetable y honorable directora
hermana Inés Montesino por su constante esmero y preocupación en el progreso de
su alumnado, a los mas destacados profesionales de la educación, los profesores
por su desinteresada labor de enseñarles el mas completo aprendizaje a sus
estudiantes y por ultimo, pero no menos importante de ninguna manera, a mis
queridos y apreciados compañeros, los cuales los considero unos grandiosos
amigos, siempre los recordare no lo duden y espero que ustedes se lleven
consigo los mas bellos recuerdos de mi persona de igual manera que lo hare yo
con todos ustedes.
Creo que la palabra adiós no
es la mas acertada, porque sé que en alguna circunstancia d nuestras vidas
nuevamente nos volveremos rencontrar y posiblemente hayamos cumplido otro logro
que nos habremos propuesto.
Hasta pronto…
¡Muchas gracias!
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